Pérez-Reverte y «Un mundo feliz»

Pérez-Reverte y «Un mundo feliz»

El pasado 7 de diciembre de 2016, en un artículo firmado por Illán García para el diario «La nueva España», se publicaba un artículo donde el periodista se hacía eco de una recogida de firmas por parte de un grupo de mujeres avilesinas. Dicha recogida de firmas tenía por objeto criticar la presencia de Arturo Pérez-Reverte en el ciclo «Palabra», (organizado por el Centro Niemeyer), que tendrá lugar el próximo día 16 de diciembre.

Aquí la noticia.

Entre otras lindezas, las promotoras de la recogida de firmas aseguraban:

«No podemos quedar impasibles ante los artículos que hace Pérez-Reverte, que se presentan como algo normal cuando son misóginos y hacen apología de la violencia machista, lo cual no es un juego de palabras ni una broma»

«Apología de la violencia machista». “No es un juego de palabras ni una broma”. Toma ya. Ni más ni menos.


Ayer día 8 de diciembre, el mismo diario publicaba una carta firmada por Emma Lobato en nombre de aquellos que han promovido la mencionada recogida de firmas.

Aquí la carta.

«Nosotras no podemos obviar sus macho-juegos de glosa y provocación porque no son inocuos. Rechazamos su prosa genito-testicular de bravucón de feria porque tras ella se oculta la más retrograda ideología heteropatriarcal y el machismo de más rancio abolengo».


El pasado 1 de diciembre, el diario Público se hacía eco de la siguiente noticia:

“Los ediles de la formación naranja en Santander sostienen que el espectáculo, (concierto tributo a La Polla, Kortatu y Eskorbuto), “bordea la apología del terrorismo” debido a las letras de los grupos homenajeados. “Estamos en 2016, no en 1984”, responden los promotores del concierto, titulado “Esto no es Rock Radical Vasco”.

Aquí la noticia.

Y así estamos. Yo, que leo habitualmente a Pérez-Reverte, (entre otros), y escucho frecuentemente a Kortatu y a La Polla Records, me siento huérfano de sentido común y casi delincuente.

Me miro al espejo y me cuestiono si soy yo o en realidad son ellos. ¿Estoy haciendo algo mal? ¿Qué tipo de persona soy? Con mi biblioteca y discografía creo liderar a un grupo de misóginos que matan en nombre de ETA. Todo junto y bien mezclado. Siniestro Total y su “Bailaré sobre tu tumba” ya no pueden permanecer en mi recuerdo, (cuando salía de casa con Walkman a volumen 10 camino del instituto hace ya unos 200 años). “La mataré” de Loquillo tiene que ser desleída de mi mente, (aunque fuera la canción que cerraba la noche en un pub al que iba con mis amigos hace 150 años). Menos mal que sólo yo y mis más allegados saben que he votado Podemos. No quiero ni imaginar qué sería de mí si esto se hiciera público.

A todo esto y en este punto diré que tengo cuatro hijas, pareja estable, madre, hermana. Empresa que levanté yo solito con mis manitas pero gracias a los estudios que me pagaron mis padres y que recibí en varios colegios a los que iba mientras escuchaba a Siniestro Total, Loquillo, Kortatu, La Polla Record, etcétera. Tengo una biblioteca decente en la que uno puede encontrar varios libros de Pérez-Reverte y alguno de sus secuaces y peligrosos amigos: Manuel Jabois, Javier Marías, Antonio Lucas. Gente indecente seguramente. Tengo una vida económicamente desahogada y muy pero que muy feliz. Pago religiosamente mis impuestos y mis cuotas de Acnur, Médicos Sin Fronteras y de la Fundación Vicente Ferrer, (tenemos una niña apadrinada, un asunto muy radical como cualquiera podrá entender).

Que digo yo que, siendo pelín original, a Pérez-Reverte se le podrían colgar doscientos sanbenitos diferentes que no fueran el que nos ocupa. Incluso pienso que con alguno que le tirásemos a la cabeza podríamos acercarnos a algo parecido a la verdad, (como a todos y cada uno de nosotros claro). ¿Pero ese? ¿Por qué? ¿Dónde nació? ¿Dónde se coció? No es la primera vez que leo/oigo que Pérez-Reverte es el Pol Pot de la defensa de asesinos de mujeres desde sus conocidísimos artículos semanales donde los azuza, alienta, dirige y justifica. Sí, he leído los artículos a los que se refiere Emma Lobato y he leído muchos otros: El “Síndrome del coronel tapioca”, (donde se convierte en un sectario del lado de flacuchos con AK-47 que matan cooperantes). También recuerdo de memoria el de “Caperucita y el lobo machista”, (donde explica a la perfección lo que yo no voy a ser capaz de explicar en este artículo que ahora están leyendo ustedes).

Exijo que alguien me enseñe o muestre la Zona Cero de este asunto. Tiene que existir una espoleta, un percutor, una mecha, un inicio, un origen. Qué se yo. La prueba. El hecho. El artículo. Se ha tenido que escribir. No me podéis privar de él. Necesito empatizar con todos aquellos que aseguran que Pérez-Reverte es un misógino de carrera. Un hijo de puta para nada esporádico en lugar de la persona que yo creía que era: un escritor que escribe, que publica novelas. Un tipo que crea cosas y menea conciencias. Alguien demostrablemente culto que resulta que ocupa un sillón en la Real Academia Española de la lengua; un tugurio imagino, chabola donde malviven gentes indecentes donde se perpetran delitos y se planifican justificaciones, (misóginas todas ellas), de asesinatos machistas.

Puede que exista una explicación o que la explicación en sí sea que se nos está queriendo proteger de nuestra propia incultura. Si Emma Lobato cree que por leer a Pérez-Reverte mi conducta se modificará, entonces Emma Lobato cree que no soy una persona capaz. Y quizá el problema sea mi capacitación y no un artículo de prensa. Cuando leo críticas y recogidas de firmas como la mencionada lo que concluyo es que preferimos silenciar a quien opina a enseñar a quien lee a interpretar dicha opinión. Es decir, mejor silenciar a culturizar.

Todo esto se arregla teniendo una mirada crítica de las cosas. Una visión cenital. Alejada. Y no hace falta ser el jodido Albert Einstein para tener criterio. Lo que hace falta para tener criterio es leer mucho. Una vez que has leído lo suficiente y tu mente es capaz de ir del punto A al punto B sin perderse, entonces eres capaz de leer a Pérez-Reverte y concluir que su “personaje” en las columnas semanales es eso, un “personaje”. Un tipo cabreado con el mundo y con las cosas que se desahoga semanalmente desde una columna periodística, literaria o ambas. Un «personaje» desagradable, faltón y en ocasiones maleducado que consigue transmitir una idea simpe de forma eficaz y definitiva.

Me encantaría liderar una recogida de firmas para que Emma Lobato y el resto de mujeres avilesinas que promueven la suya tuviesen la oportunidad de subir al estrado y establecer así un cara a cara con Arturo Pérez-Reverte. En lugar de silenciarlo quizá sea necesario escucharlo, mucho más fácil que leerlo y seguramente con menores posibilidades de ser malinterpretado.

Si continuamos por esta senda convertiremos «Un mundo feliz» de A. Huxley en una realidad. ¿He escrito realidad? No, lo convertiremos en una necesidad para algunos (y algunas).

5 Comments

  1. Me apunten en la misma lista. Yo también soy otro de esos ignorantes manipulables, influenciables y sin criterio que necesitan de un Santo Oficio que les indique qué pueden leer y qué textos son perjudiciales para su salvación eterna.

    Eso sí, por favor, que trabajen rápido, que leo mucho, y a ver si entre unas cosas y otras, se me diluye el cerebro, me apunto a un club de lectura políticamente correcta, dejan de gustarme las novelas de Sven Hassel, o vayan ustedes a saber qué.

    Como decía mi profesor de filosofía medieval: “no hay que prohibir leer nada; hay que preparar para leer todo”.

    Salud (si es que ese saludo tan libertario está bien visto en estos tiempos)

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  2. Totalmente de acuerdo con tu artículo, yo soy mujer y tambien leo los artículos de Reverte y para nada me he sentido mal . Todo es saber interpretar bien lo que este hombre quiere decir y su ironía.

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  3. Libertad es poder expresar y debatir todas las ideas. Debatir nos hace pensar. Pensar nos hace personas, Pensamiento, libertad de expresión, debate. Es el circulo virtuoso que nos hace crecer individualmente, como sociedad y como especie

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